Amaranto.
También
llamado kiwicha, se cultiva en América desde hace 7 mil años, y
durante siglos ha servido de alimento a los indígenas. Es resistente
a las bajas temperaturas, la sequía, la altura y los suelos pobres. Su nombre
proviene del griego amaranton, que significa “la que no se marchita”, ya
que sus flores sobreviven incluso a la muerte de la planta.
Contiene más
concentración de proteínas que la media. Según datos de la FAO y la
Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre un valor proteico ideal de 100,
el amaranto tiene 75, la leche de vaca 72, la soja 68 y el trigo 60.
(Ver en éste blog información sobre la kiwicha)
Un vegetal rico en propiedades saludables y
terapéuticas para las personas que lo consuman con regularidad. Este vegetal tiene un alto
contenido de vitaminas, minerales y bioflavonoides, que le permiten
realizar cambios importantes efectos en nuestro organismo como desintoxicante,
para tratar problemas de apetito, como expectorantes y otro amplio
abanico de opciones. Vamos entonces, a conocer más a fondo este vegetal.
Una de las principales ventajas de los arándanos es
su cualidad antioxidante, previniendo y minimizando los efectos del deterioro
natural de las células, esto debido a que contienen un grupo de flavonoides
denominados antocianidina.
Posee propiedades antiadherentes: las
proantocianidinas que contiene evitan que las bacterias nocivas se puedan
adherir a las paredes gastrointestinales. Esto repercute directamente tanto a
nivel gastrointestinal como en las vías urinarias, ya que también evita la
proliferación de bacterias en esta región.
Un vaso de su jugo brinda al organismo todo el
requerimiento diario de vitamina C, además la fruta es rica en fibra, calcio y
vitamina K.
También se le atribuyen propiedades antisépticas,
astringentes y antidiarreicas, por lo que se constata su buen hacer para el
aparato digestivo.
Esta hierba a la que popularmente se le llama “Ginseng
indio” es empleada como un tratamiento eficaz contra el insomnio ya que
actúa como relajante muscular y permite conciliar un sueño profundo, además
reduce los síntomas del estrés y sus efectos son comparables a
medicamentos utilizados para tratar la ansiedad o la depresión.
Diversos
estudios médicos han probado que la Ashwagandha, gracias a sus altos niveles de
antioxidantes, tiene un efecto positivo en personas que padecen enfermedades
degenerativas graves como el Alzheimer o el mal de Parkinson, ya que
beneficia la sinapsis, es decir, la reconstrucción de la unión de células
neuronales, regenerando el sistema nervioso central.
Igualmente la planta funciona como un poderoso
antiinflamatorio y es usada para tratar los dolores relacionados con la
osteoporosis y la artritis reumatoide, en esos casos es aplicada como un aceite
en las zonas afectadas causando un alivio casi inmediato.
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