viernes, 18 de mayo de 2018

Síntomas de carencia de nutrientes en plantas y cómo solucionarlo


Uno de los aspectos fundamentales en cualquier tipo de producción agrícola, o en las plantas de nuestro jardín, es  la nutrición. Si la misma es deficiente, no lograremos los resultados esperados, por lo que debemos asegurarnos de realizar una buena preparación del suelo previo a la plantación, o con aportes periódicos de nutrientes.
Si bien no todos los cultivos tienen los mismos requerimientos, algunos de ellos son siempre necesarios para el correcto desarrollo de las plantas, en mayor o menor proporción.
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Tipos de nutrientes que necesitan las plantas

Los nutrientes de las plantas se clasifican en dos grandes grupos:
§  Orgánico: representan entre el 90 y el 95 % del peso seco de las plantas y están constituidos por los elementos carbono, oxígeno e hidrógeno, obtenidos a partir del CO2 de la atmósfera y del agua del suelo.
§  Inorgánico: el 5 – 10% restante constituye la denominada fracción mineral, que juegan un papel fundamental en el metabolismo de las plantas, y cuando alguno de ellos escasea, las plantas acusan síntomas que podremos analizar y determinar de cuál de ellos se trata.
A su vez, podemos dividir a los elementos minerales en dos grandes grupos:
§  Micronutrientes: son requeridos en muy bajas concentraciones. La mayor parte de estos micronutrientes son constituyentes enzimáticos y, en consecuencia, sólo son necesarios en cantidades muy pequeñas. Estos micronutrientes esenciales son: Hierro (Fe), Manganeso (Mn), Zinc (Zn), Cobre (Cu), Boro (B), Molibdeno (Mo), Cloro (Cl) y Níquel (Ni).
§  Macronutrientes: son elementos constituyentes de las biomoléculas estructurales, tales como proteínas, lípidos o carbohidratos, o actúan como osmolitos. Estos macronutrientes esenciales son: Carbono (C), Oxígeno (O), Hidrógeno (H), Nitrógeno (N), Fósforo (P), Azufre (S), Potasio (K), Magnesio (Mg) y Calcio (Ca).
Como se puede observar en la imagen, muchos nutrientes están condicionados por el pH del sustrato. La mayoría de ellos se encuentran disponibles para las plantas en un rango que va del 5 al 6.5, es decir, pH levemente ácido.
Si nos alejamos de estos rangos, es probable que el cultivo manifieste una deficiencia de algún nutriente, ya que se encontrará en una forma no asimilable por el vegetal.
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Carencia de nutrientes en el suelo de cultivo

A continuación vamos a nombrar algunas deficiencias de nutrientes y cómo las podemos identificar:

1.- Nitrógeno

Después del agua, el nitrógeno es el nutriente más importante para el desarrollo de la planta, dada su abundancia en las principales biomoléculas de la materia viva.
§  Síntomas de deficiencia: Follaje verde pálido y después se vuelve amarillo, estos síntomas se presentan primero en las hojas grandes y bajas que se marchitan y se desecan prematuramente y caen. Si la carencia continúa, las hojas nuevas también amarillearán y su pecíolo se volverá alargado y extremadamente estrecho.
§  Causas de deficiencia: el sustrato en la que está la planta no tiene ninguna enmienda orgánica que la provea de este elemento y no recibe ningún riego con fertilizantes.

2.- Fósforo

El fósforo desempeña un papel clave en la fotosíntesis, en la respiración y en todo el metabolismo energético. Además, tiene un papel estructural importante en muchas moléculas y estructuras celulares.
§  Síntomas de carencia: marchitez, follaje verde oscuro y presenta en los contornos de las hojas un color marrón rojizo, la raíz presenta un menor desarrollo y una cabellera de raíces secundarias fibrosas. Los pecíolos, tallos y nervios se tornan rojizos.
§  Causas de deficiencia: abonos con poco fósforo, desajuste del pH (por encima de 7 y por debajo de 5.5) y temperaturas por debajo de 10 °C pueden hacer que este elemento deje de ser asimilable para las plantas.

3.- Potasio

Desempeña un papel clave en la osmorregulación que tiene lugar en los procesos de apertura y cierre estomáticos. Además, el K activa más de 50 sistemas enzimáticos.
§  Síntomas de carencia: aparecen primeramente en las hojas periféricas y después en las más jóvenes. Se produce una clorosis alrededor del limbo, posteriormente el borde se necrosa, las hojas más nuevas son pequeñas.
§  Causas de deficiencia: deficiencia en el suelo, riegos con fertilizantes bajos en potasio o en bajas dosis, sobretodo en el periodo de floración que es cuando más lo necesita la planta.
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4.- Magnesio

El magnesio no es casi nunca un factor limitante para las plantas, salvo en los suelos muy ácidos o arenosos. Interviene en la fotosíntesis y en el metabolismo energético.
§  Síntomas de deficiencia: amarillamiento de las hojas entre las nervaduras, aparecen al principio en el borde de la parte superior del limbo y luego abarca toda la hoja, el borde de las hojas se torna negro, se resquebraja y se deforma, se puede confundir con los síntomas del virus de la amarillez.
§  Causas de su carencia: deficiencia del suelo, exceso de humedad, suelos ácidos, exceso de potasio y calcio (son antagónicos con el magnesio).
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5.- Calcio

El calcio es necesario para la integridad y la funcionalidad de las membranas y paredes celulares. También está implicado en el funcionamiento de algunas hormonas y en respuestas ambientales.
§  Síntomas de deficiencia: las hojas jóvenes se deforman (forma de cuchara) y se curvan hacia el suelo. Cuando la carencia es alta el limbo se reduce en superficie y comienza una necrosis distal, la raíz presenta los vasos conductores de color pardo y una detención del crecimiento. Afecta el rendimiento por una disminución del crecimiento de la raíz y menor cantidad de azúcar.
§  Causas de su carencia: pH bajo, deficiencia en el sustrato.

6.- Hierro

El hierro forma parte de los grupos catalíticos de muchas enzimas redox del tipo hemoproteínas. A su vez, forma parte de proteínas que resultan clave en la fotosíntesis y participa en la biosíntesis de la clorofila.
§  Síntomas de su carencia: clorosis internerval en hojas jóvenes seguida, en ocasiones, por una clorosis en las venas, que confiere a la totalidad de la hoja un aspecto amarillento. En casos extremos, la hoja puede llegar a ponerse casi blanca.
§  Causas de deficiencia: pH alto. Deficiencia en el suelo.
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7.- Zinc

El zinc posee un papel estabilizador sobre la molécula de clorofila. Por otra parte, es necesario para la actividad de numerosos sistemas enzimáticos y es un regulador de la expresión génica.
§  Síntomas de carencia: la deficiencia de Zn produce clorosis internervales, disminución del crecimiento de las hojas y acortamiento en la longitud de los entrenudos, especialmente en especies leñosas.
  • Causas de su deficiencia: suelos muy alcalinos. Deficiencia en el suelo.
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Prevenir y solucionar la carencia de nutrientes: Fertilización orgánica del suelo

La fertilización es la incorporación al suelo de residuos orgánicos de origen animal o vegetal (estiércoles, hojas, tallos, abonos verdes, compost, humus, etc.). Éstos sirven de alimento a la población microbiana que vive en el suelo, quienes se encargan de transformarlos en sustancias solubles ricas en minerales que sirven de fuente energética y nutritiva para las plantas.
Hay muchas formas de materia orgánica:
1.    Abono orgánico o “compost”.
2.    Humus de lombriz.
3.    Estiércol de animales de corral.
4.    Abonos verdes
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1.- Compost

Es el resultado de la mezcla de residuos de origen vegetal y animal que han sido descompuestos bajo condiciones controladas. También se le conoce con el nombre de “tierra vegetal” o “mantillo”.
El compost contribuye a:
§  Mejorar la estructura del suelo
§  Retener la humedad
§  Incrementar la capacidad de reserva de nutrientes
§  Favorecer el desarrollo de la población biológica (microorganismos) del suelo
§  Aportar nutrientes indispensables para las plantas
La manera de utilizar el compost es a razón de 30 kg de compost por cada 10 m2 de terreno, y conviene agregarlo cuando estamos preparando el suelo o el sustrato, previo a la siembra o trasplante.
Lee más información sobre el compost.
Si observamos alguna de las deficiencias nombradas previamente, lo que podemos hacer es un té de compost y regar nuestras plantas con esta solución, el cual les otorgará los nutrientes necesarios, como también microorganismos benéficos que le aportarán al vegetal mayor vitalidad para poder hacer frente a las plagas y enfermedades.
El té de compost es la fracción soluble del compost, y para realizarlo debemos colocar una fracción de compost dentro de una malla fina de tela o algún otro tejido permeable, y posteriormente introducirlo en un recipiente con agua por 24 hs. Una vez finalizado este proceso, podemos regar las plantas con el té producido.
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2.- Humus de lombriz

Se denomina así a los excrementos de las lombrices conocidas como “rojas de California”, las cuales transforman los residuos orgánicos.
Como abono orgánico es excelente:
§  Mejora la actividad biológica del suelo por la gran flora microbiana que contiene
§  Permite que se realice la producción de enzimas importantes para la evolución de la materia orgánica del suelo
§  Favorece la absorción de nutrientes
§  Mejora la estructura del suelo
§  Incrementa la retención de humedad
La manera de aplicarlo es igual a la del compost, incluso también podemos realizar el té para regar.
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3.- Estiércol de animales de corral

Si quieren comenzar el huerto lo antes posible pero no poseen abono orgánico o humus de lombriz, no se preocupen, el estiércol de animal o guano es una buena alternativa si se prepara bien, ya que suministra materia orgánica y nutrientes.
Para utilizarlo, es recomendable compostarlo previamente, ya que el estiércol fresco puede traer consigo patógenos, poseer semillas de malas hierbas, salinizar el suelo y hasta quemar las plantitas si se coloca muy cerca de ellas.
Se debe aplicar cuando estamos preparando el suelo, a razón de 1 a 2 kg/m2, y si se trata de suelos muy arenosos, podemos aplicar hasta 5 kg/m2.
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4.- Abonos verdes

Quienes dispongan de mayores superficies, pueden aprovechar una parcela para hacer siembras que sirvan para enriquecer la tierra.
Estas siembras no se utilizan para el consumo, sino que se usan exclusivamente para incorporarlas a la tierra como fertilizante, por eso se las denomina abono “verde”.
Las plantas que utilizamos como abono verde, se deben picar y enterrar a poca profundidad, un tiempo antes de que florezcan.
Una vez incorporadas a la tierra, aumentarán rápidamente su contenido en materia orgánica. Este tipo de abono es muy útil para las tierras malas o empobrecidas, éstas se vuelven más fáciles de trabajar.
En el VERANO podremos sembrar: leguminosas (soja, poroto o alubia) y gramíneas (maíz, sorgo).
En el INVIERNO: leguminosas (haba, arvejas o guisantes, vicia, tréboles) y cereales (trigo, avena, centeno, cebada).
Hay muchas formas de materia orgánica:
1.    Abono orgánico o “compost”.
2.    Humus de lombriz.
3.    Estiércol de animales de corral.
4.    Abonos verdes
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1.- Compost

Es el resultado de la mezcla de residuos de origen vegetal y animal que han sido descompuestos bajo condiciones controladas. También se le conoce con el nombre de “tierra vegetal” o “mantillo”.
El compost contribuye a:
§  Mejorar la estructura del suelo
§  Retener la humedad
§  Incrementar la capacidad de reserva de nutrientes
§  Favorecer el desarrollo de la población biológica (microorganismos) del suelo
§  Aportar nutrientes indispensables para las plantas
La manera de utilizar el compost es a razón de 30 kg de compost por cada 10 m2 de terreno, y conviene agregarlo cuando estamos preparando el suelo o el sustrato, previo a la siembra o trasplante.
Lee más información sobre el compost.
Si observamos alguna de las deficiencias nombradas previamente, lo que podemos hacer es un té de compost y regar nuestras plantas con esta solución, el cual les otorgará los nutrientes necesarios, como también microorganismos benéficos que le aportarán al vegetal mayor vitalidad para poder hacer frente a las plagas y enfermedades.
El té de compost es la fracción soluble del compost, y para realizarlo debemos colocar una fracción de compost dentro de una malla fina de tela o algún otro tejido permeable, y posteriormente introducirlo en un recipiente con agua por 24 hs. Una vez finalizado este proceso, podemos regar las plantas con el té producido.
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2.- Humus de lombriz

Se denomina así a los excrementos de las lombrices conocidas como “rojas de California”, las cuales transforman los residuos orgánicos.
Como abono orgánico es excelente:
§  Mejora la actividad biológica del suelo por la gran flora microbiana que contiene
§  Permite que se realice la producción de enzimas importantes para la evolución de la materia orgánica del suelo
§  Favorece la absorción de nutrientes
§  Mejora la estructura del suelo
§  Incrementa la retención de humedad
La manera de aplicarlo es igual a la del compost, incluso también podemos realizar el té para regar.
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3.- Estiércol de animales de corral

Si quieren comenzar el huerto lo antes posible pero no poseen abono orgánico o humus de lombriz, no se preocupen, el estiércol de animal o guano es una buena alternativa si se prepara bien, ya que suministra materia orgánica y nutrientes.
Para utilizarlo, es recomendable compostarlo previamente, ya que el estiércol fresco puede traer consigo patógenos, poseer semillas de malas hierbas, salinizar el suelo y hasta quemar las plantitas si se coloca muy cerca de ellas.
Se debe aplicar cuando estamos preparando el suelo, a razón de 1 a 2 kg/m2, y si se trata de suelos muy arenosos, podemos aplicar hasta 5 kg/m2.
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4.- Abonos verdes

Quienes dispongan de mayores superficies, pueden aprovechar una parcela para hacer siembras que sirvan para enriquecer la tierra.
Estas siembras no se utilizan para el consumo, sino que se usan exclusivamente para incorporarlas a la tierra como fertilizante, por eso se las denomina abono “verde”.
Las plantas que utilizamos como abono verde, se deben picar y enterrar a poca profundidad, un tiempo antes de que florezcan.
Una vez incorporadas a la tierra, aumentarán rápidamente su contenido en materia orgánica. Este tipo de abono es muy útil para las tierras malas o empobrecidas, éstas se vuelven más fáciles de trabajar.
En el VERANO podremos sembrar: leguminosas (soja, poroto o alubia) y gramíneas (maíz, sorgo).
En el INVIERNO: leguminosas (haba, arvejas o guisantes, vicia, tréboles) y cereales (trigo, avena, centeno, cebada).
(Tomado de Eco agricultor)

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