La revista BBC nos trae un artículo interesante, partiendo de los hechos, que en nuestra querida República Dominicana, en varias parte del litoral marino, aparecieron algunas algas (sargazos) que afectaron parcialmente la época turistica. El artículo promueve la reflexión, sobre todo para los empresarios, tan dados en exigir que el Estado invierta y promueva la investigación. El tema motiva a realizar una seria investigación para definir, a futuro, acciones que promuevan el manejo equilibrado de los mares y sus afluentes.
Aquí la nota:
Son de un
color marrón parduzco, tienen un olor a huevo podrido que revuelve las tripas y
amenazan con arruinar la temporada turística de las playas del Caribe.
Así son
las algas que desde hace unos meses se acumulan en cantidades siderales en la
costa caribeña.
Se las
conoce con el nombre de sargazo. Y, en los últimos años, su presencia en estas
playas paradisíacas de arenas blancas y aguas turquesas se ha vuelto una
constante.
Sin
embargo, en esta última temporada, han llegado tantas algas que muchos turistas
han decidido cancelar sus vacaciones y veranear en otra parte.
El
problema afecta tanto a República Dominicana en el norte, como a Barbados en el
este y a las playas del caribe mexicano.
Tan
preocupante es la situación que algunos funcionarios han pedido que se convoque
una reunión de emergencia de las 15 naciones de la comunidad caribeña.
¿Pero de
dónde vienen estas algas y por qué hay tantas?
Hipótesis
Hay
varias teorías, pero la principal apunta a que su crecimiento se desbordó por
los nutrientes contaminantes generados por la actividad humana.
Estos
nutrientes, le explica a BBC Mundo Brian Lapointe, experto en sargazo de la
Universidad Florida Atlantic, Estados Unidos, "están fertilizando a estas
plantas: las hacen crecer más rápido y producir más biomasa".
Deshacerse
de semejante cantidad de algas no es tarea fácil.
"Si miras
un mapa verás que estas plantas circulan constantemente entre el Mar de los
Sargazos (en el océano Atlántico), el Caribe, el Golfo de México y la corriente
del Golfo".
"Cuando
están a la altura del Golfo de México, pueden verse afectadas por las aguas que
llegan desde el río Misisipi, que contienen grandes cantidades de nitrógeno de
los fertilizantes", explica el experto.
"Pero
además, el derrame de petróleo en el Golfo de México en 2010 y los dispersantes
que su usaron para limpiarlo, contribuyeron con más nutrientes", añade
Lapointe, quien recuerda que este problema se inició en 2011, tras el vertido
de crudo de la plataforma .
Según
explica Lapointe, el problema se originó tras el derrame de la plataforma de BP
Deep Water Horizon en 2010.
Otra de las
teorías sostiene que las corrientes en el océano Atlántico están cambiando por
el aumento de la temperatura de los mares.
Y esto,
sumado al aumento del CO2 en la atmósfera, "también puede estar jugando un
papel (en el incremento del sargazo)", dice Lapointe.
Los
investigadores creen que las algas se originan en las áreas costeras y no en la
zona del Atlántico conocida como el Mar de los Sargazos -una región de aguas
cálidas de 3 millones de Km2 habitada por numerosas especies marinas.
Allí,
explica Lapointe, van a parar como resultado de las corrientes.
Buenas, pero no en demasía
Cuando la
cantidad no es extrema, las algas no son dañinas. Constituyen el hábitat de más
de 100 especies de peces y numerosos invertebrados. También albergan especies
endémicas, es decir, exclusivas de estos ecosistemas marinos.
Las algas
ponen en peligro la vida de las tortugas marinas.
"Pero
lo que estamos viendo aquí es un exceso de algo que normalmente es bueno",
señala Lapointe.
En el mar
sostienen ecosistemas enteros, "pero cuando forman un manto grueso sobre
la playa se pudren, apestan y pueden provocar mortalidad en tortugas marinas
jóvenes, debido a que las hembras hacen sus nidos en la arena", explica el
científico.
"Las
algas podridas liberan ácido sulfhídrico y se vuelven tóxicas". También
quitan el oxígeno del agua, crean zonas muertas, y se tornan nocivas".
El exceso
de sargazo no sólo pone en peligro a las economías y ecosistemas de la costa,
sino que también plantean un riesgo para la salud.
La
acumulación de estas plantas putrefactas es un caldo de cultivo ideal para las
pulgas de mar. E inhalar los vahos tóxicos que produce el sargazo no solo es
desagradable sino que también puede ser perjudicial para la salud.
Investigación y protocolo
Deshacerse
de tantas algas no es fácil.
Texas, en
EE.UU., fue el primer lugar en el que se acumularon cantidades excesivas de
algas -hace unos 10 años- por su proximidad al río Misisipi.
Muchos
turistas canceleron sus vacaciones al Caribe.
"Ellos
las pusieron detrás de las dunas. También se pueden enterrar bajo la arena para
afianzar la playa, aunque al hacerlo hay que tener cuidado con las maquinarias,
ya que en la arena puede haber especies en peligro como las tortugas
marinas".
Eso es lo
que muchas comunidades locales están haciendo actualmente en el Caribe. Pero no
existe un protocolo único y cada una resuelve el problema según su criterio y
posibilidades.
La mejor
solución sería, obviamente, limitar el crecimiento desatado de estas algas.
"Hace
falta invertir dinero para investigar y poner a prueba las hipótesis sobre el
origen del problema".
"Tenemos
que entender mejor el vínculo entre la oceanografía y la ecología de estos
florecimientos. Solo así podremos encausar formas de controlar el nitrógeno en
el origen", concluye Lapointe.
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