La mayor parte
de nuestro planeta se encuentra cubierta por los océanos. De ese 70% de la
superficie global, el ser humano sólo ha explorado un 10%. Aún cuando no
conocemos todas las maravillas que envuelven, le hemos hecho daño suficiente
para alterar su equilibrio.
Desde 2005, la
Organización de las Naciones Unidas nos invita a celebrar el Día
Mundial de los Océanos, con el propósito de recordar su papel en nuestras
vidas. Aún cuando no estemos en contacto directo con los mares, todos
gozamos de sus beneficios y, a la vez, la dañamos con pequeñas acciones que
debemos modificar.
«Si queremos
beneficiarnos plenamente de los océanos, debemos invertir la tendencia a la
degradación del medio marino causada por la contaminación, la explotación
excesiva y la acidificación.» ~ Secretario General, Ban Ki-moon
Los océanos son
los pulmones más grandes de nuestro
planeta, pues generan la mayor parte del oxígeno que respiramos. Es el hábitat del
fitoplancton, pequeños organismos que producen la mitad del oxígeno que se
encuentra en la atmósfera. A la vez, absorben el 25% del CO2, lo que ayuda a
reducir el impacto de gases con efecto invernadero.
Los mares nos
ofrecen una riqueza natural incalculable. Representan el 96% del agua
que hay en la tierra; el resto se encuentra en ríos, lagos, lagunas y hielo.
Son una fuente importante de alimento; representa la principal actividad
económica en varias poblaciones.
Este día nos
sirve para reflexionar sobre los océanos y nuestro efecto sobre ellos.
Lamentablemente, las actividades del ser humano han impactado de manera
importante a los mares.
- Deepwater Horizon. Hace 4 años de la tragedia, y las labores de limpieza continúan. Este accidente se relaciona al crecimiento de la zona muerta en el Golfo de México — una parte de océano que está enfermo y no tiene vida.
- Fukushima. Hace 3 años ocurrió este accidente nuclear, que aún riega materiales radiactivos al Océano Pacífico. El efecto a la vida marina hasta la fecha, es incalculable.
Juntos podemos
cuidar a los océanos, con pequeñas acciones desde nuestro hogar, desde
nuestra comunidad.
- Platiquemos con nuestra familia y amigos sobre la contaminación del agua y las descargas que van a dar a los mares.
- Elijamos productos que tengan bajo impacto, como productos de belleza libres de micropartículas de plástico o evitar el uso de productos de limpieza con químicos tóxicos no biodegradables.
- Apoyemos las peticiones y las causas que en favor de océanos más saludables.
Celebremos
juntos la belleza de los océanos, la riqueza que nos ofrece. La mejor manera de
agradecer sus beneficios es mostrando nuestro respeto, cuidando el bienestar de
sus ecosistemas. Algo que podemos hacer todos los
días.
(Fuente: Veo Verde)
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