Nabo, una hortaliza de raíz que pertenece a la familia botánica de las Crucíferas, igual que los berros, el brócoli, la rúcula, las coles o la mostaza. El mejor momento del nabo es durante el otoño y el
invierno, no en vano las propiedades y
beneficios del nabo nos ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico durante los
meses más fríos y poder prevenir enfermar de gripe, resfriado, etc.
De los nabos se
aprovechan tanto las raíces como las hojas (grelos) y podemos utilizar
ambas partes en todo tipo de recetas de cocina: sopas, cremas y
purés, asados, potajes y guisos, al vapor, etc.
Los nabos poseen propiedades
nutricionales muy interesantes que pueden contribuir positivamente a cuidar de
nuestra salud:
§ De cada 100 gramos de
nabos 90 corresponden a agua, tiene 3 gramos de carbohidratos, 2 gramos de
fibra, 1 gramo de proteína vegetal y un casi nulo aporte de grasa.
§ Nos aporta muy buenas
cantidades de vitamina C y algunas vitaminas del complejo B, además de
minerales como potasio, sodio, calcio, fósforo, magnesio, zinc, yodo y selenio.
§ Otro componente muy
importante del nabo (y las crucíferas en general) es su aporte en
glucosinolatos, unos compuestos con actividad antitumoral.
§ El nabo tan sólo
contiene 20 kcalorías por cada 100 gramos, siendo un alimento de bajo nivel
calórico.
Vamos a conocer más detalles sobre los
beneficios de comer esta hortaliza.
Qué propiedades y beneficios tiene el nabo
Si quieres adelgazar, los nabos
son tus aliados. Son saciantes, aportan fibra, son ricos en agua y nutrientes y
con pocas calorías, por lo tanto, son una verdura excelente para incluir en una
dieta para adelgazar bien planificada.
Los nabos pueden ser de ayuda en casos de dolencias
genitourinarias como la uretritis, la cistitis o la litiasis renal.
El nabo mejora nuestro sistema inmunológico debido en gran
medida a su contenido en vitamina C que actúa como antioxidante.
Si padecemos artritis o de ácido úrico alto (gota) el nabo nos
puede venir muy bien para ayudar a eliminar las toxinas y mejorar estas
dolencias.
Es precisamente la vitamina C la que contribuye también a que se
absorba el hierro, previniendo con ello la anemia ferropénica. También
participa en la formación de huesos, dientes y colágeno.
Para tener una piel saludable y retrasar la aparición de
arrugas, el nabo nos ayuda desde dentro.
El nabo
contribuye a que nuestros sistemas nervioso y muscular puedan funcionar en
perfectas condiciones.
Si tienes congestionado el pecho, hazte una sopa de nabo y verás
que mejora. Esto se debe a las propiedades expectorantes de esta raíz que nos
ayudarán a eliminar la mucosidad acumulada y a mejorar condiciones como tos,
asma o bronquitis.
Para combatir la retención de líquidos, incluye nabos en tu
dieta y así favorecerás la diuresis de forma natural y suave.
Los glucosinatos del nabo pueden inhibir la proliferación de
células cancerígenas, siendo una hortaliza estupenda para contribuir a prevenir
el cáncer y tener una mejor salud.
Y no desaproveches las hojas de
los nabos, conocidas como grelos, son
incluso más nutritivas que el nabo y las podemos cocinar igual que verduras de
hoja como las espinacas, acelgas, etc.
(Eco agricultor)
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