La mashua, también conocida como papa amarga, es un tubérculo originario
de los Andes centrales de Perú y Bolivia. Una de las ventajas de la mashua es
que puede crecer en condiciones desfavorables, incluso sin fertilizantes ni
pesticidas, y aún así su cosecha puede ser el doble que la de las papas.
Existen más de 100 variedades. La gama de colores de esta especie no es
solo uno de sus atractivos, sino que puede indicar en qué plato caerían mejor.
Por ejemplo, se recomienda que las de color claro se usen en sopas y las de
color oscuro en postres.
Poco se ha contado sobre la forma en que la mashua protege la producción
de las papas nativas. Es común que alrededor de los cultivos de papas nativas,
oca u olluco se siembre mashua para así espantar a las plagas, ya que este
tubérculo no es lo que buscan los organismos invasores, de esta manera funciona
como un repelente natural.
La mashua contiene fósforo en altos porcentajes, además de calcio y
hierro. Tiene un alto valor nutritivo ya que combina proteínas, carbohidratos,
fibra y calorías. Se recomienda consumirla para prevenir el cáncer de próstata
–pues disminuye los niveles de testosterona- y para personas con problemas
hepáticos y renales.
Existen advertencias sobre su relación con la supresión del deseo
sexual. Se cree que actúa de forma opuesta que la maca. Un dato curioso es que
los incas solían alimentar a su ejército con mashua para que no perdieran la
concentración en las batallas e inhibieran la libido.
¿Cómo consumirla?
La variedad de formas de consumirla son infinitas: cocida en sopas o
guisos, frita como acompañamiento, mezclada con verduras e incluso en dulces
preparada como mermelada. Actualmente muchos especialistas en gastronomía en el
Perú utilizan el producto en sopas, mermeladas y dulces. También se le
encuentra en forma de harina para producir pan de mashua. Aprovecha este
alimento que no solo es altamente nutritivo, sino que su precio está al alcance
de todos los bolsillos.
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