Apicultores del mundo ya sufren consecuencias de la muerte de esta
especie.
No es la primera vez que el ser humano olvida en qué
posición se ubica dentro del delicado equilibro del planeta. Desde hace casi tres décadas sabemos que las abejas se están muriendo y, aunque no se conoce a
ciencia cierta de qué, las consecuencias pueden ser catastróficas.
Un video
lo explica con total claridad. En 1988 había un total de 5 millones de colmenas
en Estados Unidos; en 2015, hay la mitad. El mismo descenso en las
cifras lo están viviendo diversos apicultores en todo el mundo.
La razón
aún no es del todo clara, pero se manejan dos hipótesis: la acción humana (a
través del uso de los pesticidas) y el aumento de enemigos naturales de
esta especie: la Varroa Destructor y el Acarapis Woodi.
El
primero de ellos da una muerte horripilante a la especie. Se introduce a las
celdas de la cera donde están las larvas de abeja, se alimenta de ellas. Cuando
la abeja nace, rompe ella misma la celda y en ese momento todos los ejemplares
de Verroa que se alimentaron y reproducieron en dicha celda empiezan a
atacar a las demás. En dos días, destruyen toda la colonia.
La
Acarapis es microscópica se introduce en el sistema de respiración de la abeja,
la infecta, la debilita y causa su muerte.
Respecto
a los insecticidas, el principal responsable es el Neonicotinoides: un
compuesto muy parecido a la nicotina. La idea de usarlos es para atacar el
sistema nervioso de los insectos y plagas que asolan cultivos. Sin embargo, las
abejas terminan por quedar tan confundidas que terminan muriendo en su
colmena sin alimento ni conexión con la colonia.
Riesgos
La
desaparición de esta especie significaría, además de la desaparición de la
miel, la baja en los alimentos que consumimos. Una de cada tres comidas que el
hombre consume es posible gracias a las abejas.
Además,
no se trata sólo de la comida que consumismo nosotros sino también de aquella
que consume el ganado y demás animales de consumo humano.
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