sábado, 31 de marzo de 2018

Cómo preparar shampoo para cabello graso?

Champú natural y casero para cabello graso o aceitoso que equilibre el pH del cuero cabelludo sin irritarlo ni dañarlo… ¡es posible!. Hoy desde ECOagricultor te proponemos realizar esta receta de champú casero que puedas utilizar de manera segura y habitual para que consigas un cabello sano, sin excesos de grasa y con brillo.
Si prefieres elaborar tus propios productos de cosmética e higiene en casa, esta receta de champú para cabello graso te va a encantar porque es muy sencillo y rápido de elaborar y es efectivo para el cabello graso y fino.
Te voy a dar varias alternativas para que tú misma elijas las que más te gustan y puedas ir variando según tus preferencias para hacer este champú natural. Por eso te doy una lista con algunas plantas medicinales y aceites esenciales para el pelo grasiento y qué otros ingredientes necesitarás.
Las causas del cabello graso pueden ser muy diversas: uso de champús comerciales muy agresivos, mala alimentación, alteraciones hormonales, estrés, glándulas sebáceas que producen demasiada grasa o sebo, cepillarse o peinarse demasiado, etc. Además, el pelo grasiento en ocasiones puede producir la aparición de caspa.
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Plantas medicinales y aceites esenciales para cabello graso que podemos incluir en remedios caseros para cabello graso:
§  Menta
§  Aloe vera o sábila  (la pulpa del aloe la usaremos como tónico, según se indica en el artículo enlazado)
§  Romero
§  Salvia
§  Té verde
§  Cassia obotava (henna sin color)
§  Aceite esencial de árbol de té
§  Aceite esencial de limón
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Champú casero para cabello graso
ºº Qué ingredientes necesitas para el champú casero
§  150 gramos de jabón casero rallado. Aquí tienes la receta para hacer jabón en casa. Otra opción es adquirir una pastilla de jabón neutro y rallarla.
§  1 cucharada de menta, romero o salvia seca (elige una de las tres plantas).
§  5 gotas de aceite esencial de limón, de naranja o de árbol de té.
§  750 ml de agua en total (dividido en 200ml  para la infusión y 550 para el resto de la receta).
§  Un cazo u olla de tamaño mediano
§  Cuchara de madera
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ºº Cómo hacer champú casero para pelo graso
1.    La noche anterior, pon en una taza la cucharada de la planta medicinal que has elegido y añade 200 ml de agua hirviendo. Tapa y deja reposar tal cual hasta que al día siguiente vayas a preparar el champú.
2.    Coloca los 550 ml de agua en el cazo y ponlo a fuego medio.
3.    Cuando comience a hervir el agua, baja el fuego al mínimo, añade el jabón rallado y tapa el cazo.
4.    Mueve regularmente con la cuchara de madera para verificar que el jabón rallado se disuelve bien en el agua.
5.    Cuando veas que el jabón está disuelto en el agua, retira el cazo del fuego.
6.    Cuando el contenido del cazo esté a temperatura ambiente, cuela la infusión que hiciste la noche anterior y añádela al cazo. Mueve con la cuchara para mezclarlo todo de forma homogénea.
7.    Por último, cuando la mezcla está totalmente fría, añade el aceite esencial de tu elección y vuelve a mover bien con la cuchara.
8.    Con la ayuda de un embudo, echa el champú casero en un bote vacío que tengas de un champú o gel que hayas usado antes.
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Este champú casero para cabello graso te dura durante un mes y puedes utilizarlo a diario.
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Más maneras de cuidar tu cabello de forma natural:

 (Tomado de Eco agricultor)       
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Prepara semilleros de manera sencilla

Semilleros, plantines, almácigos… son el espacio perfecto para sembrar en el huerto muchas hortalizas, plantas aromáticas y medicinales que favorecer el proceso de germinación y el desarrollo de la plántula.
Una forma de reproducir o multiplicar las plantas es a través de las semillas. Las semillas se pueden sembrar de manera directa, en el suelo de cultivo de tu huerto o jardín o por el contrario podemos sembrarlas de manera protegida en los almácigos o plantines y después pasar las plántulas a su lugar definitivo de crecimiento.
Con los semilleros lo que hacemos es crear un entorno que protege las semillas y es más fácil proveerlas de la temperatura, humedad y grado de luz y de oscuridad más propicio para la germinación de las semillas. Así aumentamos las probabilidades de éxito de que las semillas broten y de que las plántulas tengan un buen comienzo y puedan desarrollarse en las mejores condiciones posibles hasta el momento del trasplante.
Es común preparar almácigos de tomates, pimientos, calabaza o zapallo, pepino, berenjena, perejil, calabacín o zucchini, lechuga, pimiento o pimentón, rúcula, etc.
Muy importante también es saber cuándo sembrar, mira en el calendario de siembra y en el calendario lunar.
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Prepara semilleros, almácigos o plantines de manera sencilla
1.- No cualquier semilla es válida.
Utiliza únicamente semillas de confianza y de buena calidad. Te recomiendo varias opciones:
§  Obtenerlas de agricultores/as ecológicos de tu zona
§  Sacarlas tú misma/o de frutas y verduras ecológicas que consumas
§  Adquirir semillas ecológicas certificadas en viveros y tiendas.
Si la semilla no es de buena calidad su viabilidad va a disminuir (va a tener problemas para germinar), la planta no va a estar en óptimas condiciones y luego tú te la vas a comer.
Merece la pena destinar medios en este primer paso porque sino todo el trabajo y tiempo posterior que destinemos al huerto podría echarse a perder.
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2.- Recipientes a usar para los plantines.
Para sembrar puedes utilizar (y mejor reutilizar) pequeños recipientes, como por ejemplo los envases de yogures, tetra bricks, etc., otra segunda opción es utilizar una bandeja específica de almácigos que ya esté dividida en alveolos, e incluso como tercera opción puedes usar una bandeja uniforme que no esté dividida en alveolos.
En cualquiera de los tres casos, la profundidad ideal del recipiente procura que no sea inferior a 15 cm, que tenga un ancho 4 cm (en el caso de recipientes individuales o de bandejas con alveolos) y que disponga (o los puedes hacer tú fácilmente) de varios agujeros en la base del recipiente para que absorba el agua de riego que necesita poco a poco.
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3.- Sustrato para los almácigos.
Vamos a preparar un sustrato específico para semilleros mezclando una parte de arena, otra parte de tierra y otra parte de compost o humus de lombriz. Junta y mezcla bien los tres ingredientes y después, para asegurarte de que no hay trozos o terrones de tierra, utiliza un colador o similar para tamizar la mezcla y dejarla fina, libre de terrones que puedan perjudicar el crecimiento de la plántula.
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4.- Rellena los plantines.
Cuando ya tenemos la tierra bien tamizada y hemos separado los trozos grandes, pasamos a rellenar los recipientes o bandejas.
Lo ideal es rellenar hasta medio centímetro por debajo del borde de las bandejas. No hace falta que aprietes o presiones la tierra, déjala ligeramente esponjosa y mullida.
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5.- Siembra las semillas.
Una vez que tenemos las bandejas o recipientes con la tierra, ahora con un palo o con el dedo vamos haciendo hoyos que tengan el doble de profundidad del grosor de la semillas que vamos a sembrar.
Deja 10 cm entre uno y otro hoyo si estás preparando los semilleros en una bandeja sin separaciones.
Cuando finalizamos, vamos tapando las semillas con el sustrato con cuidado de no presionar en exceso la tierra.
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6.- Riega con cuidado.
Cuando ya tenemos todas las semillas cubiertas por la tierra, debemos regar con cuidado. Riega poco a poco (sin pasarte) y con cuidado de no mover la tierra.
Para los siguientes riegos, es preferible poner la bandeja o los pequeños recipientes donde has preparado los plantines en otro recipiente más grande (un cajón, otra bandeja más grande, etc.) en el que echaremos el agua y dejaremos que los plantines la absorban poco a poco según la necesitan.
Es importante que te asegures de que los almácigos tienen suficiente agua durante la germinación y el crecimiento de la plántula comprobando que el sustrato tiene siempre un poco de humedad. Esto lo puedes saber con algo tan sencillo como introduciendo el dedo en la tierra.
La humedad es imprescindible para que germinen las semillas, sin una tierra húmeda no germinarán, pero el exceso de agua puede producir hongos en los semilleros.
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7.- Ubica las bandejas en lugar oscuro.
Colocaremos nuestros semilleros o plantines protegido de viento y de la luz directa del sol para favorecer la germinación.
Posteriormente, cuando las semillas van germinando y brotan las plántulas, las iremos exponiendo a la luz progresivamente, la primera semana 3 ó 4 horas y la siguiente 5 ó 6. La tercera semana ya están listas para que las dejes permanentemente expuestas a la luz s
(Tomado de Eco agricultor)

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Cómo evitar las plagas de babosas y de caracoles

Las plagas de babosas y caracoles pueden provocar graves daños en nuestra huerta ecológica en muy poco tiempo. Hay métodos ecológicos para evitar plagas de estos moluscos herbívoros que están más activos principalmente en otoño y primavera. Las babosas se diferencias de los caracoles porque éstas no tienen concha.
Tanto caracoles como las babosas actúan por la noche y es cuando salen a alimentarse atacando primero las hojas, yemas y brotes tiernos, por lo que tendremos a éstos bien observados y protegidos. Les gusta la humedad y la necesitan para producir esa baba que dejan cuando se desplazan y por la que son fácilmente reconocibles. Los momentos del año cuando más activos están es en los meses con más lluvias y humedad.
Un sólo caracol puede llegar a poner unos 200 huevos. Normalmente la puesta es en otoño y  primavera. Durante el invierno o temperaturas bajas podrían hibernar para poder sobrevivir, igualmente hará en verano o cuando las temperaturas sean extremadamente altas. Los caracoles pueden llegar a vivir 5 años y las babosas pueden alcanzar unos 2 años de vida.
Prevenir plagas de babosas y de caracoles
 Usar el riego por goteo: a los caracoles y las babosas les encanta la humedad. Si usas el método de riego por goteo las plantas no tendrán esa humedad que provocan otros tipos de riego y los moluscos se irán a otras zonas en búsqueda de humedad. También es muy útil regar a primera hora de la mañana en lugar de por la noche.
* Predadores de caracoles y babosas: sus enemigos naturales ayudarán a mantenerlos controlados y evitarán su proliferación masiva. Podemos contar con la ayuda de salamandras,  lagartijas, sapos y ranas, ciempiés, escarabajos, víboras, tortugas, erizos, patos, gallinas o pájaros.
* Plantas que repelen babosas y caracoles: evitan las plantas como el romero, la lavanda, mostaza, la salvia, la capuchina, la begonia o incluso los geranios. Sería buena idea plantarlas cerca de los cultivos más susceptibles de ser atacados o cerca de los planteles para que no ataquen a las plántulas.
* Trampas para babosas y caracoles: para dar cobijo y poder atraparlos podemos poner tejas, piedras, ramas, cuencos u otros objetos similares donde puedan cobijarse las babosas o limacos y los caracoles durante el día y esto nos facilitará poder localizarlos fácilmente y eliminarlos manualmente.
* Vigila los sitios con sombra y húmedos del huerto y jardín: a las babosas y los caracoles les gusta resguardarse en los lugares sombríos y húmedos y los eligen para poner sus huevos. Mantén los sitios con estas características bajo observación en las épocas de mayor actividad de estos moluscos.
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Eliminar plagas de caracoles y babosas
Quitar los caracoles y babosas manualmente: tanto caracoles como babosas son de un tamaño lo suficientemente grande como para poder retirarlos con las manos.  También debemos mirar en objetos y materiales de alrededor, donde podrían refugiarse.
Cerveza para plaga de caracoles y babosas: por la noche, pon en pequeños recipientes semienterrados en el suelo un poco de cerveza y por la mañana encontrarás caracoles en los recipientes. También puedes impregnar un saco con cerveza y dejarlo abierto, por la mañana tendrás las babosas y los caracoles dentro.  Les encanta la cerveza. También funciona con una mezcla de agua, azúcar y levadura.
Barreras que impidan el avance de caracoles y babosas: estos moluscos odian el cobre, por lo que podemos rodear los cultivos con hilo o alambre de cobre durante la época en la que están más activos.  Espolvorear ceniza alrededor de las bases de las plantas, trocitos de cáscara de huevo, gravilla, arena, serrín, pinaza o incluso café molido, disuade a los caracoles y las babosas a la hora de avanzar.
Jabón para eliminar plaga babosas y caracoles: otra forma ecológica de combatir las plagas de moluscos es pulverizando sobre los cultivos el jabón que se obtiene de las nueces de lavado.  Abandonarán tu huerto de inmediato con este remedio. Tienes más información aquí
Cáscaras de naranja para plaga de babosas y caracoles: se reparten las pieles de las naranjas boca arriba y los caracoles y las babosas acudirán. Por la mañana los encontrarás ahí y podrás eliminarlos.
Ajo para plaga de babosas y caracoles: prepara una maceración con 4 dientes de ajo machacados por litro de agua hirviendo. Déjalo durante 12 horas, cuela y diluye con 1 litro de agua y pulveriza sobre los cultivos afectados.

(De Eco agricultor)
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viernes, 30 de marzo de 2018

Semana Internacional Sin Pesticidas

Desde el 20 hasta el 30 de marzo se celebra la 13ª edición de la Semana Internacional Sin Pesticidas.
Generaciones Futuras, organización de origen francés, comenzó esta campaña anual en el año 2006 para poner a disposición de los ciudadanos información sobre los efectos de los pesticidas en nuestra salud y el medio ambiente. Además durante estos 10 días se proponen alternativas al uso de los pesticidas y diferentes actividades.
Tomar acción sobre el uso y exposición a los plaguicidas es urgente. La contaminación que causan estos agrotóxicos en ríos, mares, aguas subterráneas, la atmósfera y el suelo está perjudicando gravemente nuestra salud y la del resto de seres vivos de la Tierra. Y sabemos que esta contaminación puede permanecer en el entorno durante décadas tras su uso en el campo.
Este año 2018 la campaña de concienciación de la Semana Internacional Sin Pesticidas se centra en los plaguicidas que están presentes en los alimentos.
Para que te hagas una idea, y según datos oficiales de la AECOSAN (Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición) sobre los residuos de plaguicidas encontrados en alimentos, en una ensalada podemos estar ingiriendo más de 70 plaguicidas de los cuales 19 son disruptores endocrinos.

Ese cóctel de 19 plaguicidas disruptores endocrinos que ingerimos en un solo plato puede tener efectos muy dañinos, especialmente cuando ingerimos este tipo de tóxicos durante todo el día a lo largo de las diferentes comidas que hacemos.
Los disruptores endocrinos pueden causar, entre otras, alteraciones de tiroides, glándulas suprarrenales, infertilidad, leucemia, problemas en riñones, hígado, cáncer o malformaciones.
Los niños son los más sensibles a los efectos adversos de los plaguicidas.
Esto es algo que preocupa a la comunidad médica y a los ciudadanos que buscamos alternativas saludables.
Recordemos que España es el país de Europa que más pesticidas utiliza, mientras otros países como Francia o Dinamarca se han propuesto reducir el uso de agrotóxicos entre un 40 y un 50%.
En un informe elaborado por PAN (Pesticide Action Network) se indica, por ejemplo, cuáles han sido los alimentos con mayor contenido en residuos de pesticidas y cuántos de estos pesticidas son disruptores endocrinos. Esta información ha sido recogida por Ecologistas en Acción en su Guía de alimentos disruptores.
Aquí tienes a los 10 alimentos más contaminados por plaguicidas, incluyendo disruptores endocrinos (DEC).

(Tomado de Eco agricultor)

sábado, 24 de marzo de 2018

Fruta deshidratada, propiedades nutricionales y beneficios para la salud

Fruta deshidratada como kiwimanzanapiñamelocotón u orejonesciruelahigo,albaricoqueplátanomangouvaspera... La deshidratación de los alimentos es una técnica que se ha utilizado desde la antigüedad para conservar los alimentos y poder así almacenarlos durante periodos más largos de tiempo.
El método que más se utiliza para deshidratar o desecar frutas es por calor. Mediante aire caliente se extrae poco a poco el agua de las frutas. El agua es el principal componente de las frutas y puede estar presente en porcentajes entre el 70 y el 90%, es decir, las frutas tienen gran cantidad de agua. Por eso cuando se retira el agua de la fruta al deshidratarla ésta reduce su tamaño y se concentra su sabor, sus nutrientes y la fibra dietética.
Como con cualquier otro alimento, es recomendable optar por fruta deshidratada ecológica para evitar ingerir residuos de pesticidas.
.Fruta deshidratada, propiedades nutricionales y beneficios

Las propiedades nutricionales de la fruta deshidratada o desecada podemos destacar su mayor aporte de kilocalorías, mayor concentración en fibra dietética y en minerales como el hierro, el calcio y el magnesio. Por otra parte, la fruta fresca contiene más vitamina C.
> La fruta deshidratada es una opción excelente para picar fuera de casa. Si por trabajo o estudios pasas muchas horas fuera de casa y no siempre puedes llevar fruta fresca contigo, la fruta deshidratada es una buena opción. Ocupa muy poco espacio y la podemos llevar fácilmente en nuestra mochila o bolso.
Podemos usar las frutas deshidratadas para elaborar mermeladas caseras. Sigue esta receta de mermelada casera para saber cómo hacer mermelada utilizando fruta fresca y fruta
> Usa la fruta deshidratada para endulzar. Si vas a preparar cualquier receta dulce o incluso infusiones, batidos, papillas, etc. puedes usar las frutas deshidratadas en lugar de endulzantes. Sólo tienes que dejarla a remojo en agua durante 20 minutos y después batirla con un poco de agua.
> La fruta deshidratada puede ser una buena manera de inculcar el hábito de comer fruta en niños. Para los niños que les cuesta comer fruta, las frutas deshidratadas pueden ser una manera de ir introduciéndolas en la dieta diaria. Puedes hacer una macedonia de frutas en la que mezcles 1 parte de frutas deshidratadas por dos partes de frutas frescas. También se las pueden llevar al colegio para comer en el recreo.
> La fruta deshidratada es perfecta para deportistas. Por lo fácil que es transportarlas cuando vamos de excursión o cuando hacemos deporte y debido a su aporte nutricional y energético las frutas deshidratadas son estupendas para comerlas en especial en estos casos.
La fruta seca o deshidratada se puede incluir en recetas dulces como tortitas o crepes, bizcochos, muffins, puddings, flanes, galletas, batidos, etc. pero también en recetas saladas como asados, ensaladas, aliños como vinagretas, cus cus o guisos.