Hay errores que se
comenten muy frecuentemente durante el cultivo de hortalizas en el huerto ecológico,
especialmente cuando estamos aprendiendo y experimentando según van surgiendo
las labores a realizar. Algunos errores son salvables y no tienen
consecuencias graves para los cultivos, pero hay otros que sí pueden provocar
daños tanto de forma inmediata como a largo plazo y dificultarán el desarrollo
y el buen crecimiento de las plantas, y además nos darán más trabajo.
.
Los errores más comunes al trabajar
la tierra de la huerta
Para un mejor rendimiento y maximizar
el trabajo que realizamos en la huerta, es recomendable empezar abonando, cavar
un poco para mezclar el abono con la tierra y airearla. También aprovecharemos
para romper y desmenuzar los terrones grandes de tierra, eliminar las plantas
anuales y las espontáneas y retirar las piedras. Luego igualaremos la
superficie con el rastrillo.
Si vamos a
sembrar hortalizas de ciclo corto con cavar a 20 ó 30 cm
de profundidad es suficiente, y para el resto de hortalizas lo haremos hasta
los 50 cm de profundidad.
Airear la tierra ayuda a que
la tierra no esté tan apelmazada, esté aireada y con drenaje y sin
encharcamientos de agua y así las raíces se podrán desarrollar mejor al tener
una aireación y drenaje convenientes.
Uno de los errores más típicos es
enterrar las raíces y partes aéreas de las plantas que hemos cultivado antes o de
las plantas espontáneas que han crecido. Las consecuencias de esta inocente
acción pueden acarrear problemas de plagas y enfermedades en el momento que
menos te lo esperes. El problema puede surgir porque los restos de cultivos
anteriores pueden tener enfermedades, hongos y otros parásitos que estaremos
dejando en el terreno, y en el momento que sembremos y tengan las condiciones
adecuadas para desarrollarse lo harán.
Todos los restos de
plantas de cultivos anteriores, así como las “malas hierbas” o plantas
espontáneas los puedes incorporar a la pila del compost.
Otro aspecto
importante que debemos tener en cuenta a la hora de planificar el huerto es evitar la acumulación de
agua (ya sea por lluvia o por riego) en los mismos puntos. Por eso es
interesante crear cierto grado de inclinación para que el agua tenga un escape
y las raíces de las plantas no se pudran.
También es muy
común el que, en la siembra directa, se
siembre la semilla a una profundidad excesiva. Esto minimiza las posibilidades
de que la semillas pueda germinar y brotar porque no tiene la fuerza suficiente
hasta llegar a la superficie. Con sembrar la semilla a una distancia igual a su
diámetro es suficiente. Tampoco debemos compactar la tierra en exceso ni
pasarnos con los riegos. Requiere de humedad constante, pero sin excesos.
Un error muy típico
es no aplicar una capa de acolchado o mulch.
Resulta muy fácil de aplicar y nos ahorra mucha agua y otras labores como por
ejemplo la eliminación de plantas no cultivadas que puedan crecer
espontáneamente. Con el mulch se mantienen la humedad en la tierra y evita
daños en las raíces, tanto por calor excesivo como por bajas temperaturas.
(Tomado de Eco agricultor)
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