El aceite de oliva virgen extra es un aliado para
nuestra salud. El AOVE se obtiene a partir del fruto del árbol del olivo: las
aceitunas u olivas, por diferentes medios de extracción. Podemos contribuir a
tener una buena salud aprovechando las propiedades nutricionales del
aceite de oliva virgen extra, AOVE, incluyéndolo en nuestra
dieta habitual en cantidades moderadas.
Podemos encontrar
muchos tipos y marcas de aceite de oliva, pero si
queremos contribuir de una forma positiva a nuestra salud debemos optar por
aceites de oliva virgen extra, ecológicos y de presión en frío para que
conserven todas sus propiedades. El aceite de oliva que no sea virgen extra se
ha obtenido por procesos químicos, por aplicación de calor y está refinado, por
lo tanto no es una buena elección y no va a tener el efecto en la salud que
deseamos.
El aceite de oliva
virgen extra es, después del aceite de coco,
el mejor aceite que podemos usar para cocinar al ser resistente a altas
temperaturas.
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Valor nutricional del aceite de oliva
virgen extra y principios activos
El aceite de oliva virgen extra está
compuesto totalmente por grasa, lípidos. Su contenido en proteína vegetal o
carbohidratos es prácticamente nulo.
Esta grasa es
principalmente de tipo insaturada (de origen vegetal, igual que la grasa del aguacate o palta)
y es rica en ácidos grasos esenciales como el ácido oleico (omega 9),
linoleico (omega 6) y linolénico (omega 3).
En cuanto al aporte
de micronutrientes como vitaminas, el AOVE nos aporta vitaminas liposolubles,
siendo rico en vitamina A (β- carotenos) y vitamina E o tocoferol.
Además el aceite de oliva virgen extra cuenta con compuestos como los
fitosteroles y polifenoles (entre los que se encuentran los lignanos).
El valor calórico del aceite de oliva
es de 890 kcal por cada 100 gramos.
El AOVE tiene acción
antiinflamatoria, antitumoral, antitrombótica, antioxidante, antibacteriana,
hipoglucemiante, cardioprotectora, antidiabética y hepatoprotectora.
El principio activo mejor valorado
del AOVE es el ácido oleico. En estudios llevados a cabo, el ácido oleico fue
capaz de reducir los niveles del gen Her2, asociado al cáncer de mama.
Aceite de oliva, propiedades
nutricionales y beneficios
En
estudios llevados a cabo acerca del impacto del AOVE sobre la proliferación de
células cancerosas, se vio una relación entre el consumo moderado de aceite de
oliva virgen extra y la inhibición de ciertos tipos de cánceres, en concreto el
cáncer de mama y el de colon.
Un
consumo moderado de AOVE, junto con una dieta saludable basada en frutas y
verduras de temporada, puede ser primordial para prevenir los casos de cáncer,
enfermedades cardiovasculares (que son la primera causa de mortalidad en el
mundo) y el envejecimiento prematuro.
El
AOVE reduce la inflamación de las articulaciones. Por eso resulta de gran
beneficio para ayudar a prevenir el desarro de la artritis reumatoide o para
mejorar su estado en las personas que la padecen.
El
riesgo de padecer problemas circulatorios en las piernas se puede ver reducido
gracias al consumo habitual de aceite de oliva virgen extra.
Ensayos
realizados en personas diabéticas se ha podido observar el impacto positivo del
consumo de AOVE al reducir en un 44% el riesgo de padecer retinopatía, causante
de la ceguera en diabéticos.
El
aceite de oliva virgen extra introducido en las comidas, puede reducir los
picos de azúcar en sangre en las personas con diabetes tipo I, algo que no
ocurre cuando se incluyen otras grasas (como por ejemplo mantequilla).
El
AOVE es beneficioso para el hígado graso. El
aceite de oliva virgen extra contribuye a que tengamos unos niveles saludables
de colesterol en sangre.
Otro
estudio de PREDIMED (prevención por dieta mediterránea) concluyó que una dieta
mediterránea con aceite de oliva virgen extra puede reducir en un 30% el riesgo
de padecer enfermedades cardiovasculares como infarto o ictus.
El
AOVE mejora la mineralización de los huesos, algo especialmente durante las
etapas de crecimiento y tras la menopausia.
El
consumo diario de AOVE se podría enmarcar en unas 3 a 6 cucharadas diarias,
dependiendo de las necesidades calóricas de cada persona.
El
AOVE puede reducir los daños cognitivos comunes durante la vejez.
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