¿Te gustaría
saber cultivar tus propias plantas de Stevia rebaudiana en macetas? Merece la pena plantar stevia en
casa porque la podemos usar para sustituir el azúcar refinado y endulzantes
artificiales a la hora de preparar recetas dulces y también para aprovechar las
beneficiosas propiedades medicinales de la
stevia. La estevia o stevia
rebaudiana es una planta originaria de América del sur, en
concreto del Paraguay donde los indios Guaraní ya conocían sus beneficios y
cómo usarla.
Cómo cultivar stevia en macetas
* Semillas
de stevia: una forma de comenzar a cultivar la estevia es a
partir de la siembra de las semillas. Primero se van a preparar almácigos y
cuando las plántulas o plantinas miden unos 15 cm de alto las vamos a
trasplantar con cuidado de no dañar las raíces a las macetas. En las
condiciones adecuadas (con 20ºC), en unos 5 días ya podemos ver germinar las
semillas de stevia. La siembra protegida se empieza a realizar a finales de
invierno.
* Reproducción
de stevia por esquejes: en primavera podemos reproducir la
planta de la stevia por medio de los esquejes. Esta manera de multiplicar
plantas es mas rápida que por semillas y puede ser la mejor opción para los
principiantes. Para ello, debemos tomar una rama sin flores al final de la
misma y realiza el esquejado así. Para favorecer
el enraizado del esqueje sigue estos pasos.
* Plantar
la stevia: una vez que las plantulas han crecido lo suficiente
o cuando los esquejes ya han enraizado, procedemos a plantar la stevia en las
macetas. Para hacerlo rellenamos las macetas poniendo en la base unas 3 ó 4
piedras medianas para favorecer el drenaje y después rellenamos las macetas con
una mezcla de 2 partes de humus de lombriz por 4 de tierra. Riega generosamente
las macetas. Después ubicamos las macetas en un lugar resguardadas del viento y
a la sombra, donde no reciban el sol directo. Las mantendremos así durante el
primer mes.
Sustrato:
la planta de la stevia necesita un sustrato esponjoso que no esté apelmazado y
que tenga gran capacidad de drenaje para evitar que el agua se acumule en las
raíces y éstas se pudran. El pH en el que puede crecer la stevia se encuentra
entre 4 y 7. Para el sustrato podemos usar una mezcla de humus de lombriz y
tierra. Idealmente, la maceta o container donde cultives la stevia no debería
tener menos de 30 cm de profundidad. Se puede aplicar humus de lombriz cada
primavera cuando la planta vuelve a brotar.
* Riegos:
Cuando trasplantamos las plántulas regaremos una vez al día durante la primera
semana. Posteriormente iremos espaciando los riegos poco a poco pero
asegurándonos siempre de que la tierra mantiene cierto grado de humedad. En los
meses más calurosos tendremos que regar más y en los meses de invierno veremos
que, como la planta detiene su crecimiento (aunque en la primavera siguiente
vuelve a brotar), reduciremos enormemente los riegos tanto en cantidad como en
frecuencia.
Luz:
Durante le primer mes después del trasplante tendremos las plantas de stevia en
un lugar en sombra, pero después de este primer mes ya podremos pasarlas a una
zona en la que reciba sol directo. Pero cuidado, si las temperaturas superan
los 40 ºC es mejor ponerlas en semisombra o resguardar las plantas del sol
directo durante las horas centrales del día.
* Temperatura:
esta planta es originaria de zonas tropicales, por eso se desarrolla especialmente
bien en condiciones de humedad alta y con temperaturas óptimas entre los 16 y
26 ºC. Durante el invierno o meses más fríos, lo mejor es ubicar las plantas en
zonas protegidas de las bajas temperaturas en invernaderos o dentro de casa.
* Plagas:
la stevia puede sufrir la plaga de mosca blanca o del pulgón. Puedes ver cómo
prevenirlas y combatirlas de forma ecológica aquí
* Poda
de la stevia: cuando está terminando el otoño es un buen
momento para podar la planta de la stevia. Verás que tiene muchas flores.
Cortaremos con cuidado las ramitas dejando la planta con una altura de unos 15
cm. Las ramas cortadas las ponemos a secar.
* Secar
las hojas de stevia: para secar las hojas de la estevia y poder
usarlas durante todo el año sólo necesitamos cortar la rama con cuidado y
colocarlas en una zona oscura y bien aireada (pero sin corrientes de aire). Las
podemos colgar o simplemente dejarlas sobre papel. Una vez totalmente secas las
podemos almacenar en tarros de cristal en un armario para evitar que reciban
luz directa.
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