La quinua (Chenopodium
quinoa Will) es un cultivo originario de la zona andina, adaptado a condiciones
agroecológicas extremas (sequía, heladas). Es uno de los alimentos completos y
balanceados que existe en el Perú, debido al contenido de vitaminas,
aminoácidos, ácidos grasos insaturados (omega 3,6 y 9), minerales y proteínas
que varían entre 12 y 21.3%.
La demanda de quinua tiene
dos destinos bien diferenciados: el auto sostenimiento y el mercado de
productos funcionales. El primero, integrado por familias en condiciones de
pobreza y extrema pobreza y, el segundo,
constituido por el mercado nacional e internacional cada vez más creciente para
este cultivo; sin embargo, la oferta aún no puede satisfacer la demanda.
El Instituto Nacional de Innovación
Agraria-INIA- ha venido trabajando exitosamente con la finalidad de incrementar
la producción y la productividad de este grano andino, incorporando
alternativas tecnológicas adaptadas a condiciones y escenarios actuales de
cambio climático donde es instalado el cultivo.
El cultivo de quinua tiene
una adaptación óptima en los pisos de valles interandinos de las regiones de
Cusco y Apurímac (Perú), entre los 2,750 hasta los 3,650 m. de altitud.
Las últimas variedades
producidas por el INIA, muestran tolerancia a la presencia de “mildiu” y a la “kona
kona”, “huicwi”, que afectan principalmente
a la panoja.
La quinua, es manejada bajo
el sistema de rotación de cultivos, preferentemente luego de las cosechas de
papa, leguminosa o cereal.
El año 2013 ha sido declarado como
el "Año Internacional de la Quinua" (AIQ) en reconocimiento a los
pueblos andinos que han mantenido, controlado, protegido y preservado la quinua
como alimento para generaciones presentes y futuras gracias a sus conocimientos
tradicionales y prácticas de vida en armonía con la madre tierra y la
naturaleza.
El Año Internacional de la Quinua
(AIQ) fue propuesto por el gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, con el
apoyo de Argentina, Azerbaiyán, Ecuador, Georgia, Honduras, Nicaragua,
Paraguay, Perú y Uruguay, así como con el respaldo de la FAO, siendo aprobado
por la Asamblea de las Naciones Unidas en Diciembre de 2011. La Conferencia
tomó nota de las excepcionales cualidades nutricionales de la quinua, su
adaptabilidad a diferentes pisos agroecológicos y su contribución potencial en
la lucha contra el hambre y la desnutrición.
(Documento síntesis, tomado de
informaciones del INIA (Perú) y de FAO).